lunes, 2 de agosto de 2010

Del libro: La verdadera prosperidad



Siempre he dicho que si el dinero es nuestra razón de vivir, y si medimos nuestro valor por lo que tenemos y no por lo que damos, entonce no tenemos ninguna razón de vivir. A menos que nuestra meta sea buscar primero el Reino de Dios , no tendremos metas que merezcan nuestro esfuerzo.

Si uno constantemente se preocupa de perder aquello que hoy no necesita, muy probablemente lo perdéra.

El estar atados a nuetras posesiones y cuentas bancarias a tal grado que no podemos soltarlas, jamás podrá compararse con el estilo de vida abundante y desbordante que Dios ha diseñado para nuestras vidas.

Dar que Recibir


Cuando Jesús dijo que es más bienaventurado Dar que Recibir, se estaba refiriendo a cómo nos créo: unos dadores como Él. Dios siempre le prosperará con un propósito: Él desea que bendiga a otros.